Breves cantos de asombro
(Ernesto Flores)
I
UNA MESETA Y MUSGO
el lecho de tu vientre por mi nuca,
helecho de tu vientre germinante,
el hecho de tu vientre con mi vientre:
la chispa del contacto
en la concavidad nocturna de cometas
.Por la ventana, grillos.
En tinieblasavanza mi caricia y te desnuda,
deslizo mi caricia y te reinventa.
II
AL OÍDO ME DICES, APENAS, UN GEMIDO.
Y te me entregas, sombra, íntegra y mía,
para siempre tenue,
para siempre magnífica.
Me precipito en ti,
ligero polvo en llamas
por alguna rendija.
III
QUÉ SOMBRÍA ERES.
Entro en ti y en la gruta
y te arrojo mis voces.
Con los ojos cerrados a tientas te coloro,
submarina y nocturna.
Pero ahora los abro
y eres forma a mi alcance,
desnuda, universal,
arco iris telúrico de arcilla,
y un momento más tarde te borras para siempre.
Amada,qué sombría eres.
IV
COMO NUBES QUE AVANZAN
sobre las superficies de los campos,
mis yemas siguen por tu cuerpo terso.
Van colinas abajo
con rumbo a los barrancos.
Rebaños de blancuras
por entre arrayanales florecidos.
Valles, montañas,
sombras que se aletargan y se alejan
alcanza mi deseo.
Todo lo cubre mi avidez de niebla.
V
ACANTILADA MI OBSESIÓN TE BUSCA.
A oscuras eres
púrpura, lima, beige,
magenta, trigo u ocre.
Mas no lo sé:
fue la imaginación lo que tú fuiste a ciegas.
VI
QUÉ AUSTERO EL ESCALARTE LA SILUETA:
un árbol de follaje estremecido
y oscuridad nos mece y nos incendia.
VII
AHORA ESCUCHO TU OMBLIGO,
su leve remolino de agua lenta.
Pongo el oído en tu piel transparente,
y el curso de tu sangre con imágenes,
como un arroyo blanda,
como la noria oscura,
murmura y se desliza ante mis ojos.
¿Me has escuchado? Duermes.
Se borra el espejismo. Ahora contempla
que el pulso de tu sexo y de mi sexo
se derrumban después del paraíso.
VIII
BROTAS NACIENTE HOGUERA
Ay te agreden mis yemas como tigres minúsculos
en el rico durazno de tus brazos.
Tú al rescoldo recibes
como un leño incendiado mi violento tributo.
IX
ASCIENDO TUS SUSPIROS COMO LAS ALTAS CUMBRES
y me injerto con ellos.
Y el gozo alucinante roe nuestra explosión.
Estas caricias vertiginosas se hunden
y al abrazo que abrasa crepitamos.
Un terremoto anuncia los derrumbes,
salvaje trepadora hasta el gemido,
y te poseo.
Y las llamas azules nos consumen.
3 Comments:
me gustan esas visitas inesperadas y que perduran con el tiempo . . .
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yo tambien me quedo a pasear por estos lados
besito
no hay problema. . .
si los creditos siguen siendo mios entonces puedes tomar todo lo que quieras de mis versos
.
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te mando un besote gigante
Es verdad compartimos el gusto por las mujeres y la lìrica, además somos claramente fetichistas...
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